★Algunas ecuaciones formuladas por Einstein en 1915 predecían la
existencia de un fenómeno llamado "ondas gravitacionales". A finales
de 2015 se detectaron estas ondas de forma directa.
Todos
sabemos lo que son las ondas. Por ejemplo, las que se forman en un estanque con
agua quieta cuando se tira una piedra.
En la Teoría
de la relatividad, Einstein demuestra que el espacio y el tiempo no son
independientes, sino que constituyen un ente único denominado espacio-tiempo.
Si lo imaginamos como una membrana elástica plana bidimensional, vemos que, en
presencia de una masa, el espacio-tiempo se "deforma", como lo haría
una membrana normal bajo el peso de una bola de billar.
Cualquier
otro objeto con masa nota esa deformación, y se ve obligado a seguir
trayectorias diferentes a las que seguiría si la membrana no estuviese
deformada. El efecto o consecuencia de esa geometría curva del espacio-tiempo
es la gravedad, y así es como la relatividad consigue explicar la famosa
gravitación universal descubierta por Newton.
☆¿Que son las ondas gravitacionales?
Los cuerpos
masivos acelerados producen fluctuaciones en el tejido espacio-tiempo
que se propagan como una onda por todo el Universo. Estas son las ondas
gravitatorias o gravitacionales previstas por Einstein y ahora descubiertas.
Sólo los
sucesos excepcionales en objetos con masas enormes, como estrellas de
neutrones, estallidos de rayos gamma o agujeros negros, pueden producir ondas
con la suficiente energía como para ser detectadas; sucesos tan potentes como
la explosión de una supernova gigante o la fusión de dos agujeros negros.
Las ondas
gravitatorias acortan el espacio-tiempo en una dirección, lo alargan en la
otra, y se propagan a la velocidad de la luz. Nada las detiene o refleja; por
eso, a diferencia de la luz y otras ondas electromagnéticas, apenas importa
cuantos objetos encuentren a su paso hasta llegar a la Tierra.
¿Por qué son
importantes? Algunos sucesos del Universo resultan muy difíciles de detectar de
forma directa. Por ejemplo, observar agujeros negros, que no emiten luz. Sin
embargo, sí pueden emitir ondas gravitatorias en ocasiones, como cuando dos de
ellos chocan y se fusionan. Esto es lo que ocurrió la primera vez que se
detectaron ondas gravitacionales. Puede que incluso nos expliquen qué pasó en
el primer segundo del Universo, justo después del Big Bang. Se espera que este
descubrimiento ayude a comprender algunas de las grandes incógnitas que todavía
tienen planteadas la física y la astronomía.
☆¿Cómo se detectan?
El
Observatorio Avanzado de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales,
conocido como LIGO, constaba en 2015 de dos detectores separados por 3.000
kilómetros, en los estados norteamericanos de Washington y Luisiana. Cada
detector estaba formado por dos haces de luz láser de cuatro kilómetros de
longitud, dispuestos en ángulo recto. Al producirse una onda gravitacional, uno
de estos haces de luz se alarga mientras el otro se acorta. LIGO puede detectar
diferencias de una diezmilésima parte del diámetro de un núcleo atómico.
La primera
señal se captó el 14 de septiembre en los dos detectores a la vez. Provenía de
una fusión ocurrida a 1.300 millones de años-luz y que consistió en el choque
de dos agujeros negros cuya masa era de 29 y 36 veces la del Sol. Los dos
agujeros se fundieron en uno, liberando una energía equivalente a tres masas
solares, que salió despedida en forma de ondas gravitacionales. Al llegar esas
ondas hasta nosotros, 1.300 millones de años después, produjeron una ligerísima
perturbación del espacio-tiempo, imperceptible para todo el mundo, pero
suficiente para la altísima sensibilidad de LIGO.
El Grupo de
Relatividad y Gravitación de la UIB es pionero en España en el estudio de las
ondas gravitacionales. En su página La sinfonía del Universo ofrecen
información y recursos sobre este tema.
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